Entrevista al Dr. Roberto de la Rica

Dr. Roberto de la Rica: «Como investigador en tecnologías médicas, es importante que todo sea lo más sencillo posible, porque generalmente es lo que funciona mejor»

Hemos entrevistado al doctor Roberto de la Rica con motivo de la conferencia: Nuevas tecnologías para la detección de patógenos y biomarcadores respiratorios, que pronunció el pasado 18 de enero en el del Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur. Podemos decir que su exposición científica fue además un alegato claro en favor de buscar fórmulas eficaces y válidas que ayuden a simplificar racionalmente la metodología de los diagnósticos con el fin de poder acceder al máximo número de pacientes. No solo a los que tengan acceso a un hospital. Todo apunta que la vía para llegar a ello es seguir un principio estratégico general: tratar de convertir una debilidad en una oportunidad.

Tal vez este haya sido uno de los planteamientos que el doctor Roberto de la Rica vio claro para deshacer lo que él denomina como «uno de los mayores cuellos de botella hasta el momento»: obtener y manejar muestras para el diagnóstico rápido y preciso de patologías respiratorias. Su experiencia en bionanotecnología ha sido esencial para ello. Pero, pensar que el uso extendido de la mascarilla para evitar la transmisión del SARS-CoV-2 durante la pandemia podría ser un eficaz método para conseguir muestras en casos en los que era dificultoso, supone un cambio radical —a la vez que una idea brillante— en la detección de este tipo de patologías. Este es un ejemplo más de una filosofía que trata de hacer más fácil este tipo de procesos y que el doctor De la Rica resume en: «Hacer mucho hincapié en eliminar cualquier requisito de instrumentación adicional. La idea es que se pueda hacer todo con un kit de diagnóstico y como mucho con la ayuda de un teléfono móvil, que es una tecnología que se encuentra en cualquier sitio».

Asimismo, le hemos preguntado acerca de su opinión en relación con la ciencia traslacional. En este sentido, De la Rica apunta hacia una visión muy interesante al afirmar que: «En España necesitamos poner más mecanismos para abrir la ciencia a la sociedad, porque si no hay transferencia, no hay impacto real en el paciente (…) Pero hace falta crear un perfil de investigadora o investigador que transmita ciencia».

1.— En sus propias palabras: “Obtener y manejar muestras respiratorias es uno de los mayores cuellos de botella para el diagnóstico rápido y preciso de patologías respiratorias”, ¿Cuáles son las principales causas de este impedimento que describe?

Que el paciente no siempre produce esputo, o es capaz de expectorar. Y esas muestras de esputo son muy viscosas y densas, es difícil detectar patógenos o biomarcadores porque se encuentran atrapados dentro del moco.

2— Unas de las principales cualidades que destaca de las tecnologías desarrolladas por su grupo de investigación es que han conseguido desubicar el point of care del entorno hospitalario y reducir considerablemente los tiempos de obtención de resultados, ¿no es así?

Sí, hacemos mucho hincapié en eliminar cualquier requisito de instrumentación adicional. La idea es que se pueda hacer todo con un kit de diagnóstico y como mucho con la ayuda de un teléfono móvil, que es una tecnología que se encuentra en cualquier sitio. Gracias a esta filosofía podemos llegar a más pacientes, no solo los que son atendidos en grandes hospitales con muchos recursos. Y reducir el tiempo de análisis es crucial para guiar decisiones terapéuticas en situaciones de emergencia como la sepsis o episodios de exacerbación de EPOC. En estos casos el paciente necesita el tratamiento más adecuado desde el principio, y para ello es vital que el diagnóstico se haga de forma rápida y descentralizada.

3.— De esta labor ha surgido la primera spin-off del IdISba; Nanodecal, de la cual es además CEO. ¿Cómo vive la dualidad investigador/gerente de empresa?

Tengo la suerte de que me respalda un equipo de investigadoras e investigadores con mucho talento y muy centrados en tirar este proyecto adelante, de otra manera no podría hacerlo. Por otro lado, crear esta empresa es parte de mi labor como investigador traslacional, ya que de otra manera la tecnología que hemos desarrollado no podría llegar a los pacientes. Está relacionado, pero al mismo tiempo es importante saber qué lugar tiene cada cosa. A nivel personal lo vivo como un proyecto superemocionante porque me gustan los retos, ¡aunque creo que no voy a tener vacaciones en mucho tiempo!

4.— Su experiencia en una convocatoria sobre dispositivos wereables para el diagnóstico y detención le hizo pensar en las mascarillas que venimos usando de manera generalizada con motivo de la pandemia del COVID como un elemento esencial para ser empleado en la detección de enfermedades respiratorias. Una respuesta sencilla a una cuestión complicada, ¿no cree?

Sí, como investigador en tecnologías médicas, es importante que todo sea lo más sencillo posible, porque generalmente es lo que funciona mejor. A veces no es lo más llamativo, pero lo importante es que funcione y que dé solución a un problema médico no resuelto. Y también tener los recursos para probar cosas como esta cuando aparecen, tener un poco de margen para probar alguna “idea loca” como esta. A veces, cuando pedimos proyectos de investigación, nos obligan a hacer exactamente lo que está en el proyecto, lo cual es entendible, pero hay que dejar un poco de margen para estas «ideas locas pero potencialmente geniales”. Yo tuve la suerte de tener fondos de libre disposición para desarrollar esta idea, pero no siempre es así.

5.— ¿Para la detección de qué tipo de patógenos y para qué otras aplicaciones cree que podría ser válido este sistema?

Sabemos que sirve para detectar citoquinas, que son biomarcadores de inflamación. Estamos estudiando si también se pueden detectar bacterias. Estamos muy interesados en utilizarlo para estratificar pacientes dependiendo de su endotipo o factores de riesgo para de esta manera personalizar la terapia que se les da, por ejemplo, con inmunomoduladores o antibióticos.

6.-Desde el punto de vista general de la investigación, considera usted esencial que esta se realice desde el entorno hospitalario. ¿Cuáles son en su opinión las principales ventajas de esta localización?

Estar cerca del usuario final, lo cual te permite conocer de primera mano las necesidades médicas no cubiertas. Además, te ayuda a entender los flujos de trabajo dentro del sistema sanitario, lo cual es imprescindible para implementar la tecnología y que tenga impacto real. Para diseñar tecnologías realmente útiles hay que tener en cuenta quién las va a utilizar, en qué entorno, cuánto tiempo tiene para hacerlo, qué otras cosas tiene que hacer, además de tu prueba diagnóstica… Y conocer el punto de vista de los diferentes servicios, de los médicos, de las enfermeras. Además, por supuesto te acerca al paciente, que también es usuario final de la tecnología.

7.— También desde la perspectiva de investigador principal en un grupo multidisciplinar, ¿podría hacer un alegato en favor de este tipo de grupos compuestos por personas de áreas diversas?

Sí, me parece un modelo de éxito por varias razones. La primera es que por desgracia el personal sanitario no suele tener mucho tiempo para investigar, esto hace que no puedan dedicar tiempo a escribir artículos o a pedir becas. Sin embargo, yo me dedico al 100% a la investigación y puedo compensar ese déficit en un grupo multidisciplinar, les puedo ayudar a hacer investigación. Por otro lado, la riqueza que aportan diferentes puntos de vista es increíble en un grupo multidisciplinar. Estás aprendiendo de todo el mundo todo el rato, te hace crecer muchísimo. Y es de donde salen las buenas ideas porque las ha cuestionado gente desde puntos de vista diferentes.

8.— Y, finalmente, ¿Cuál es su opinión acerca de la investigación traslacional y abrir la ciencia a la sociedad?

La investigación traslacional tiene mucho valor porque tiene como objetivo solucionar problemas que afectan al paciente. El problema a veces es superar el “valle de la muerte” que existe entre la idea/prototipo inicial y el dispositivo final, es decir, la transferencia de la tecnología. En España necesitamos poner más mecanismos para facilitar este proceso porque si no hay transferencia no hay impacto real en el paciente. Por otro lado, abrir la ciencia a la sociedad es vital, hace falta crear un perfil de investigadora o investigador que transmita ciencia. Profesionalizar ese perfil. No es fácil ni todo el mundo sirve para eso. Tampoco se puede esperar, por ejemplo, en mi caso, que haga investigación, cree una empresa y dedique un tiempo importante de mi jornada a comunicar ciencia, porque es imposible, no digamos ya las investigadoras o investigadores que dan clase en universidades. Para ello hace falta cambiar la manera que tenemos de evaluar al personal investigador, crear perfiles de comunicación que quizás no han publicado grandes artículos de investigación, pero sí han conseguido otros hitos en comunicación. Y dar fondos para hacerlo bien, sin recursos no se puede hacer nada serio.

FUENTE: Fundación Biomédica Galicia Sur

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